La liberalización del sector eléctrico iniciada en el año 1997 y culminada en el año 2013, introdujo una serie de cambios importantes con el objetivo de abrir el sector a otras compañías. Aumentando la competencia y mejorando la eficiencia conjunta del sector, separando las actividades en cuatro ejes de actividad; generación, transporte, distribución y comercialización.
Las actividades de transporte y distribución son actividades reguladas y que requieren de una autorización y supervisión administrativa específica que en si constituye un monopolio natural formado por grandes compañías del sector.
Con respecto a generación y comercialización son actividades que pueden ser realizadas por cualquier empresa cumpliendo una serie de requisitos y reglas de funcionamiento, en este caso sí se puede hablar de actividades parcialmente liberalizadas.
Como consecuencia de lo anterior y culminada con la Ley reguladora del sector eléctrico, el mercado se estructura en: diario e intradiario (OMIE) y de plazo o futuros (OMIP), en los cuales se negocia la compra y venta de energía eléctrica por parte de todos los agentes de mercado (Productores, comercializadoras, consumidores directos etc).